Jordi Sánchez. Un señor de la escena.
He de confesar que he pasado noches completas pensando en la mejor forma de empezar esta nota. Si con la fecha de nacimiento de Jordi o con su filmografía. Lo cierto es que no es fácil empezar a comentar sobre una persona atemporal, sobre alguien que es y será un maestro psicólogo, sociólogo, sanitario, un humanista.
Pero bueno, para satisfacer el morbo de algunos les comento que Jordi nace en Barcelona un 13 de mayo de 1964. Escoltado por un ejército de personajes ansiosos de ver parir el cuerpo que van a habitar por algunas temporadas bajo las luminarias del teatro de la vida.
Sensible, noble y carismático ese guapo adolescente que caminada por las calles españolas cargado de inquietudes decide incursionar en el tema de la salud y se recibe como enfermero, lo que es una gran suerte y ventaja para todos los que le admiramos y seguimos su carrera.
No se puede ser sensible si no se conocen todos los matices de las emociones humanas, solo alguien que ha lidiado con el dolor ajeno puede llevar a escena ese bálsamo milagroso que es el talento para abstraernos de la cotidianeidad y sentarnos en una butaca o frente a una pantalla a sanar el alma. Es falso decir o aseverar que Jordi abandona su profesión en salud para dedicarse a la interpretación, ahora no venda heridas físicas, su vocación trasciende y ahora sana heridas del alma. Ese talento terapéutico de Jordi, esa inquietud humanista concibe en su esencia más intrínseca los personajes mas elocuentes y sabios de su obra literaria. Si amigos Jordi no solo es “Antonio Recio”.
En Jordi vemos el mejor ejemplo de la fusión de la mesura apolínea y el ditirambo dionisiaco como lo expondría Nietzche. Nuestro amigo es ese punto medular que da origen a la tragedia, pariendo el desorden mesurado de la estética en sus escritos y sus interpretaciones.
Del señor Sánchez podemos encontrar en la estantería de las mejores librerías (ojo no las más caras ni las más exclusivas sino las mejores, aquellas que en verdad saben promocionar el arte literario) títulos como “El eunuco”, “Soy fea”, “Krampack”, “Nadie es normal”, concebidos magistralmente de la pluma de nuestro amigo.
Este hombre de las tablas es también un hombre de familia, enamorado de la vida, en múltiples entrevistas permite ver esa esencia humilde y elegante. Una estrella accesible sin poses y sin cuerpo escultural, nuestro Jordi, un chico de estatura media se convierte en un gigante al poner un pie en el escenario o el foro. Logra crecer centímetros en segundos cuando su talento y la vida del personaje que interpreta utiliza su cuerpo para brillar bajo las candilejas.
¿Qué decir de su trabajo filmográfico? Nos quedamos cortos cuando pretendemos enumerar sus trabajos. Ha sido “Antonio Recio” en la exitosa serie “La que se avecina”, “Gregorio” en “Señor dame paciencia”, “Rubén” en “El mejor verano de mi vida”. Innumerables trabajos tanto frente a la cámara como detrás de ella. He de ser claro que no ha sido Batman, Super Man o Aquaman, pero ha tenido el mejor papel de todos, ser el ángel histriónico que nos envuelve de manera onírica en el mundo del personaje que representa y la historia que desarrolla. Conociendo a Jordi vemos que no es necesaria una capa o una máscara para conocer personajes que nos reflejan de forma agresiva pero elegante y nos absorbe en el mundo de la reflexión cumpliendo con la función social de las artes escénicas donde no hay kryptonita que lo consuma. No es Kryptoniano, no viene de otra galaxia, simplemente es humano, demasiado humano.
Hay tanto que decir de este humano que colapsan las ideas en un cerebro terrenal y profano, luchan por tener protagonismo y solo puedo resumir mi agradecimiento a Jordi por su trabajo, sus duras horas de grabación, sus décadas de formación, sus fuerzas. Gracias Jordi, lo has conseguido, los frutos de tu trabajo han marcado nuestras vidas. Felicidades ángel histriónico, has cumplido tu misión.